Nieva
sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota a la ciudad. Los
viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia.
Fue uno
de los días más duros de mí vida. Nunca pude imaginar que lo podría contar.
Estuve 19 horas atrapada bajo la nieve, pensaba que era mi fin. Había estado
tantas horas rezando a todo el mudo, para que me sacaran de allí. No sabía que
hacer, ya me imaginaba muerta allí debajo, pensando que nunca podre decir a
Yoel que le quiero. Me rendía, cada vez tenia menos fuerzas. Ya me imaginaba
que él estaba conmigo debajo de toda esa nieve. Me quedaba helada, no me notaba
los dedo, ni la nariz, ya no sabía que hacer. Así que decidí dormir un rato,
para desconectar. Para empezar a viajar. Sabía que no saldría de allí, así que,
que más daba si moría minutos antes o después.
Cerré los ojos y me relaje.
Me desperté de golpe, pensándome si ya estaba muerta.
Pero no
era así. Me levante, alguien me había sacado de debajo de la nieve, pero quien.
Empecé a caminar por el bosque, y encontré mi mochila, pero no estaba el móvil.
Pase dos horas i media caminando, en medio del bosque, perdida y asustada.
Empezaba
a estar oscuro, y no sabía qué hacer, dónde dormir. En ese momento me paso la cosa
más rara de mi vida. Encontré una caravana en medio de la nada. Pero ni me lo
pensé dos veces a entrar y mirar si había alguien. Estaba vacía así que cogí
mantas que había encontrado en un armario y me tumbe en la cama, pero no me
pude dormir. Mi cabeza pensaba y me daba vueltas como podía salir de allí.
Me
levanté a las seis de la mañana, y empecé a remover la rulot a ver si
encontraba algo. Encontré unas cerillas. Y busque alcohol. Salí a fuera
corriendo, moje de alcohol algunos arboles y los encendí. Cogí las mantas y me
senté a fuera, a esperar a que alguien viniera.
Al cabo
de una hora empecé a oír un ruido, un helicóptero sobrevolaba la zona. No me lo
creía, era el helicóptero de Yoel. Tenía tantas ganas de verle, abrazarle y que
no me soltara.
Fui a la
zona que habían menos arboles, es donde él estaba aterrizando. Cuando lo vi
bajar, del helicóptero y venir corriendo hacía mi no me lo creía.
Estaba
muy preocupado por mi, me cogió y me llevó a el hospital más próximo. Estuve
seis días ingresada, pero no me importo porque Yoel, estaba a mi lado.
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